Carboxiterapia
La carboxiterapia es una técnica para combatir la flacidez, la celulitis y la grasa localizada. Es un método mínimamente invasivo que consigue mejoras en la piel y reduce la grasa mediante pequeñas infiltraciones subcutáneas de gas carbónico.
¿Qué es la carboxiterapia?
Este tratamiento estético no quirúrgico favorece la oxigenación de las células del cuerpo tras la infiltración, con unas agujas muy finas, de dióxido de carbono.
El gas ayuda a que el organismo segregue ciertas sustancias como las catecolaminas, que mejoran la circulación sanguínea al relajar los tejidos subcutáneos. También se liberan otros elementos como la histamina o la serotonina y se produce una vasodilatación en la zona aplicada.
Todo esto tendrá un efecto lipolítico que combatirá la celulitis y la grasa localizada. Asimismo, los efectos de la carboxiterapia son recomendables para el tratamiento de estrías, flacidez del rostro, arrugas, heridas crónicas y blanqueamiento de ojeras.
La aplicación de esta técnica trasciende la estética, puesto que también se puede aplicar en el campo de la salud. Por ejemplo, en las enfermedades derivadas de los problemas circulatorios o de acumulación de grasa en las arterias. De hecho, las primeras aplicaciones de esta técnica se realizaron en el campo de la cardiología.
¿Cómo funciona?
Se infiltra por vía intradérmica, percutánea o subcutánea dióxido de carbono con una fina aguja. Esta se conecta a un equipo que controla en todo momento el volumen y el flujo del gas. De este modo, se mantiene una presión constante durante el tiempo que sea necesario.
Al finalizar la aplicación, se realiza un pequeño masaje en la zona para facilitar la distribución del dióxido de carbono.
Tras su inyección, una parte del mismo se adhiere a la grasa y otra se dirige al torrente sanguíneo. Ahí entra en contacto con la hemoglobina y se genera oxígeno. De este modo, aumenta el riego sanguíneo en la zona donde se ha aplicado el tratamiento.
Las sesiones de carboxiterapia suelen durar entre 20 y 60 minutos, y suelen espaciarse entre 15 y 30 días. El número de ellas que necesita cada persona dependerá de sus características, objetivos y circunstancias. Tras la sesión no hay que guardar ningún tipo de reposo y es posible seguir con las actividades habituales.
Los efectos secundarios derivados del tratamiento suelen ser un ligero enrojecimiento en la zona de aplicación, hematomas, sensación de ardor o un pequeño dolor. Si el tratamiento es realizado por un profesional experimentado, se evitarán efectos secundarios de otra naturaleza.
A pesar de que es seguro, no está recomendado en personas con problemas renales, cáncer, diabetes o mujeres embarazadas o en período de lactancia.
¿En qué partes del cuerpo se puede aplicar?
La carboxiterapia favorece la oxigenación celular y estimula la combustión de grasas. Por eso, es eficaz como tratamiento para la celulitis. Además, al destruir las células adiposas se mejora la circulación y se reduce el acúmulo de grasa. De este modo, el tratamiento es eficaz para eliminar estrías, remodelar la figura y tener un aspecto más firme.
Por otro lado, la oxigenación de la piel contribuye en la aclaración de la pigmentación de las ojeras. El dióxido de carbono estimula la formación de colágeno y elastina. Como consecuencia, la piel tendrá un aspecto más juvenil y terso tras el tratamiento, lo que permite utilizar esta técnica para tensar los párpados caídos.
La carboxiterapia te permite alcanzar diversos objetivos:
- Combatir la celulitis. Elimina la grasa localizada al romper los adipocitos. Además, aumenta la circulación sanguínea y el drenaje linfático de la zona.
- Estrías. Estira el tejido y lo rellena con gas. Así, estimula la producción de colágeno y permite que los cosméticos que apliques en la zona se absorban mejor.
- Grasa localizada. Al romper los adipocitos, mejora la circulación sanguínea donde se aplica el tratamiento.
- Flacidez. Se favorece la producción de fibras de colágeno y elastina, que dan mayor firmeza a la piel.
- Ojeras. Reduce la inflamación, mejora la circulación y, al oxigenar la zona, esta se aclara.
- Heridas crónicas. Al estimular la circulación y reducir la inflamación, la piel cicatriza mejor.
- Pérdida de cabello. Favorece el crecimiento del pelo al aumentar el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo.
Por todo ello, la carboxiterapia se puede utilizar en el tratamiento de:
- Flacidez corporal de muslos y brazos.
- Flacidez del óvalo facial y del cuello.
- En mujeres de más de 50 años con celulitis en el escote.
- Ojeras moradas.
- Alopecia difusa femenina.
¿La carboxiterapia es un tratamiento doloroso?
El dolor que se puede experimentar en los tratamientos de carboxiterapia está relacionado con la entrada del gas en el cuerpo. Durante este proceso, la piel se puede desprender de forma ligera y esto puede causar un pequeño malestar.
No obstante, tanto el dolor como la inflamación son pasajeras y apenas duran unos 30 minutos.
Además, la tolerancia al dolor difiere de una persona a otra. Por lo que, aunque para una persona suponga una molestia, para otra puede no serlo.
Efectos secundarios del tratamiento
La carboxiterapia es un tratamiento con ausencia de efectos secundarios. No obstante, como hemos indicado, algunas personas pueden notar ligeras molestias en las zonas de aplicación. Además, en función del tipo de piel es posible que aparezca equimosis o enrojecimiento en el punto de punción. Esta desaparecerá al cabo de unos días.
La cantidad de dióxido de carbono que se infiltra es inocua para el organismo y se difunde a la perfección en los tejidos. Su eliminación se realizará a través de las vías respiratorias.
Como única precaución, hay que evitar la exposición solar durante las 48 horas siguientes al tratamiento.
Por otro lado, este tratamiento está contraindicado en:
- Embarazo.
- Epilepsia.
- Gangrena.
- Insuficiencia pulmonar, hepática, renal o cardíaca.
- Flebitis.
- Hipertensión arterial.
- Alteraciones psiquiátricas.
Desde Mifarma by Atida te recomendamos que el tratamiento de carboxiterapia se realice siempre por profesionales médicos experimentados.