¿Qué es la inmunización?

La inmunización es el efecto y la acción de inmunizar. Es decir, mediante ella se consigue que algo o alguien sea inmune y, por tanto, evita que sea atacable por enfermedades. Aquello o aquel que recibe una inmunización, está exento de ciertos padecimientos o trastornos.

La inmunización en los humanos es muy importante, porque nos ayuda a evitar diferentes patologías. En la actualidad y gracias a ella, se han conseguido erradicar enfermedades como la poliomielitis, el sarampión o la viruela. 

La última semana del mes de abril se celebra la Semana Mundial de la Inmunización. Y esto es algo que, en mitad de una pandemia, cobra una especial importancia.

Tipos de inmunización 

Se pueden diferenciar dos tipos de inmunización: la activa o vacunación y la pasiva.

1. Vacunación o inmunización activa

En este caso, se utilizan vacunas para estimular de una manera natural el sistema inmunológico, es decir, las defensas del organismo. Pero, ¿qué contienen las vacunas?

De forma habitual, las vacunas están formadas por:

• Un microorganismo completo y vivo pero atenuado o debilitado para, en ningún caso, provocar la enfermedad.
• Un toxoide. Es decir, una sustancia. generalmente perjudicial puesto que es una toxina, producida por una bacteria, pero que se ha modificado para que sea inocua.
• Fragmentos no infecciosos de virus o bacterias.
• ARNm. Para frenar la covid-19 se utiliza un nuevo enfoque: las vacunas ARNm. Estas vacunas difieren de todo lo anterior. Su objetivo es ayudar a que nuestras células produzcan una proteína o una porción de esta para provocar una respuesta inmunitaria en el organismo. 

El sistema inmunitario del organismo responderá a las vacunas generando glóbulos blancos y anticuerpos. Estos son los responsables de atacar a los virus o bacterias. Así, si una persona se infecta tras haber sido vacunado, su organismo producirá de manera automática una respuesta para reducir o prevenir la enfermedad.

De forma general, al proceso de administración de vacunas se le denomina vacunación. No obstante, en otras situaciones se utiliza una terminología más genérica como es inmunización.

Inmunización pasiva

Para conseguir una inmunización de forma pasiva, es necesario administrar de forma directa los anticuerpos contra un organismo infeccioso concreto. ¿Cómo se obtienen esos anticuerpos? De diversas fuentes:

• Células productoras de anticuerpos. Para ello, suelen utilizar células de ratones cultivadas en laboratorio.
• Personas que ya tienen anticuerpos frente a una enfermedad, bien porque se están recuperando de ella o porque han sido inmunizadas. En este caso, se dice que estas personas poseen globulinas hiperinmunitarias debido a que sus niveles de anticuerpos en sangre son elevados.
• Sangre extraída de un elevado número de personas. En esta ocasión, la denominación es concentrado de inmunoglobulinas humanas combinadas.
• Se usa de forma habitual el suero de caballos que han estado expuestos a una toxina u organismo y que han desarrollado inmunidad.

Lo normal es recurrir a la inmunización pasiva cuando tu sistema inmunitario no responde adecuadamente a una infección. También se precisa en personas que contraen una infección antes de estar vacunados. Un claro ejemplo es la mordedura de un animal infectado con la rabia.

Asimismo, esta inmunización se utiliza para evitar una enfermedad en caso de una probable exposición cuando no se dispone de tiempo para completar una vacunación. Por ejemplo, una mujer embarazada que no tiene inmunidad frente al virus de la viruela. A esta se le puede administrar una solución de gammaglobulina activa si ha estado expuesta a dicho virus. El motivo es que la varicela puede provocar daños en el feto, y en la madre ciertas complicaciones de carácter grave como una neumonía.

Cabe destacar que la inmunización pasiva solo proporciona una protección eficaz durante unas cuantas semanas. Después, el organismo eliminará los anticuerpos que se le hayan inoculado.

¿Es lo mismo inmunización que vacunación?

Para responder a esta pregunta, nos basamos estrictamente en lo que dictamina la FUNDEU (Fundación del Español Urgente). 

Aquí se dice que vacuna no es lo mismo que inmunización. ¿Por qué? Porque la inmunización se puede conseguir por vías distintas a una vacuna, tal y como ya hemos explicado. Es decir, a través de la administración de una vacuna puedes conseguir la inmunización, pero no son sinónimos.

La Real Academia Nacional de Medicina de España indica que la inmunización es el efecto o la acción de inmunizar o de inmunizarse. La vacuna, por su parte, tiene por objeto inducir inmunidad activa protectora frente a una enfermedad infecciosa concreta.

Dicho todo esto, la inmunización puede conseguirse a través de una vacuna, pero no tiene por qué ser así. El objetivo es la inmunización, y la vacuna es un medio para ello. No obstante, no es posible decir que se tendrá un número X de inmunizaciones al administrar una cantidad X de vacunas. ¿Por qué? Porque la efectividad de las vacunas no es del 100 %. Por tanto, el número de inmunizaciones que se conseguirían siempre sería inferior al dato ofrecido. 

Con respecto a la utilización de uno u otro término, hay que decir que inmunización es mucho más amplio. Por ello, no hay que confundirlos en términos médicos, aunque en ciertos contextos su equivalencia es correcta.

Métodos de inmunización

En los últimos meses, muchas personas se preguntan cómo conseguir la inmunidad ante una enfermedad como la que hay que afrontar en la actualidad. Para ello, es necesario recordar cómo una persona puede inmunizarse ante una enfermedad:

• De forma natural, tras pasar la enfermedad.
• De forma artificial, mediante una vacuna.

Ambas formas están consideradas como inmunidad activa. Es decir, cuando el sistema inmunitario de una persona reacciona produciendo anticuerpos. Pero ¿qué pasa con la inmunidad pasiva? En este caso podemos diferenciar:

• Inmunidad natural pasiva. Se da en casos de mujeres embarazadas que transfieren al bebé los anticuerpos a través de la placenta o la lactancia materna.
• Inmunidad artificial pasiva. Corresponde a la administración de anticuerpos de otro animal o persona, como se ha explicado anteriormente. Estos efectos duran entre 2 y 4 semanas y no producen memoria en nuestras células.

Veamos con un ejemplo los métodos de inmunización en varios contextos:

1. No inmunidad. Imagina 3 personas, 2 de las cuales no tienen ningún tipo de contacto entre sí. Estas se acaban contagiando por una tercera persona que las conoce a ambas. En este caso, si ninguno está vacunado, los 3 acabarían contagiados.
2. Inmunidad. La persona nexo del ejemplo anterior está vacunada, por tanto, es inmune. En este supuesto, no sería un transmisor de la enfermedad y, como consecuencia, esta transmisión se pararía.
3. Inmunidad de grupo. En este caso tenemos que extrapolar el segundo ejemplo a una muestra mucho más amplia de población. Si se supone que hay mucha gente vacunada, la inmunidad de grupo o rebaño aumenta. Por tanto, eso actúa como barrera ante la transmisión de una enfermedad.

Desde Mifarma by Atida Plus seguimos trabajando para ofrecerte información de salud relevante para tu día a día. Ahora ya sabes lo que es la inmunización, aunque si tienes dudas, te leemos en comentarios.