Incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria afecta a un alto porcentaje de mujeres y las causas pueden ser múltiples.
Saber el origen de las pérdidas de orina y conocer cómo podemos actuar es fundamental para mejorar tu calidad de vida.
¿Qué es la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria consiste en la pérdida involuntaria de orina y del control de la vejiga. Las personas que la padecen tienen una necesidad imperiosa y repentina de orinar, pero son incapaces de retener las ganas de miccionar.
La incontinencia se produce cuando los músculos de la vejiga se contraen y los músculos del esfínter no son los suficientemente fuertes como para cerrar la uretra.
Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico.
Supone un problema higiénico, social y psíquico, ya que influye en la actividad cotidiana del enfermo y reduce su calidad de vida.
¿Qué causa incontinencia urinaria?
La incontinencia no es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de una alteración en la fase de llenado vesical que se presenta en numerosas enfermedades.
La incontinencia urinaria es un síntoma de otro problema de salud, por lo general músculos débiles del suelo pélvico.
Además de la incontinencia urinaria, algunas mujeres tienen otros síntomas urinarios:
- –Presión o espasmos en la zona pélvica que causan una fuerte necesidad de orinar.
- –Ir al baño más de lo normal (más de ocho veces por día o más de dos veces a la noche).
- –Orinar mientras se duerme (mojar la cama).
Aunque la pueden padecer hombres y mujeres, ciertas situaciones de salud particulares como el embarazo, el parto y la menopausia, pueden provocar problemas con estos músculos y nervios, haciendo que sea mucho mayor el porcentaje de mujeres que padecen incontinencia urinaria.
Otras causas de incontinencia urinaria son:
- –Problemas de sobrepeso. Cuanto más peso, más presión se aplica en la vejiga, lo que puede debilitar los músculos con el tiempo. Una vejiga débil no puede sostener mucha orina.
- –Daño en los nervios. Los nervios dañados pueden enviar señales a la vejiga en momentos inadecuados o no enviar ninguna señal. El parto y los problemas de salud como la diabetes y la esclerosis múltiple pueden provocar daños en la vejiga, la uretra o en los músculos del suelo pélvico.
- –Cirugía: Cualquier tipo de cirugía que incluya a los órganos reproductores femeninos, como una histerectomía, puede dañar los músculos del suelo pélvico, especialmente cuando se extrae el útero.
Si los músculos del suelo pélvico están dañados, los músculos de la vejiga de la mujer tal vez no funcionen como corresponde.
Cuando la incontinencia urinaria dura poco tiempo se puede producir por otros motivos como por ejemplo, el uso de determinados medicamentos, el consumo de bebidas con cafeína que pueden hacer que la vejiga se llene rápidamente, y por infección del tracto urinario.
¿Cómo puedes prevenirla?
Médicos, fisioterapeutas y matronas destacan la importancia de practicar ejercicios que ayuden a mantener el tono muscular como principal mecanismo de prevención de la incontinencia urinaria ya que no existe solución a este problema.
En muchos casos las pérdidas de orina pueden aparecer por el debilitamiento de los músculos pélvicos y en estos casos, el ejercicio puede ayudarte a controlarla.
No es necesario realizar grandes esfuerzos. Al contrario, los ejercicios bruscos como el aerobic y los steps no son los más aconsejables, ya que pueden favorecer la incontinencia.
Es suficiente con realizar ejercicios ligeros de forma constante, como realizar paseos diarios.
Algunos hábitos saludables que se pueden realizar a diario:
Andar una hora al día, subir a pie las escaleras de casa y ejercitar los músculos del suelo pélvico.
Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos situados alrededor de la uretra y del suelo pélvico, cuando estos músculos están debilitados hay más probabilidades de que aparezca la incontinencia urinaria. También las bolas chinas ayudan a fortalecer el suelo pélvico.
Estos ejercicios consisten en la realización de una serie de contracciones y relajaciones que se repiten a lo largo del día de forma constante.