¿Qué es el índice UV?

El índice UV es una escala que indica cuál es la intensidad de los rayos ultravioletas. La radiación que producen puede provocar en la piel alteraciones y lesiones. Asimismo, estimula la producción de melanina en la piel para que adquiera ese tono bronceado tan buscado en los meses de verano.

Cuanto más elevado sea el índice, menor tendrá que ser tu exposición al sol y mayor será el factor de protección que debas utilizar. 

Pero ¿de qué depende el índice UV?

• Altura a la que se encuentre el sol. Cuanto más alto esté, mayor intensidad tendrá la radiación UV. Aunque también debes tener en cuenta la hora del día, la época del año y el hemisferio en el que te encuentres. Verano + hemisferio norte es una combinación perfecta para que el índice UV alcance sus valores máximos.
• Ozono. Su presencia es fundamental para calcular la radiación en cada momento, pues el ozono la absorbe.
• Latitud. Cuanto más cerca estés del ecuador, mayor será la radiación. Por ejemplo, en las Islas Canarias, con las mismas condiciones que en el resto de España, el índice UV será superior.
• Altitud. La atmósfera es más fina a mayor altitud. Por tanto, absorberá menor radiación. Esto quiere decir que, a mayor altitud, más radiación UV recibes.
• Nubosidad. Las zonas nubladas reciben menor radiación UV, aunque esto no quiere decir que la presencia de nubes garantice una baja radiación.

Escala del índice UV para saber qué factor solar necesitas

El índice UV marca 5 formas diferentes de riesgo. Para ello, existe una clasificación con valores entre 0 y 11, este último también denominado superior, que te mostramos a continuación. 

1. Riesgo Bajo. El índice UV se sitúa entre 1 y 2. Aquí no es necesario utilizar un factor de fotoprotección, puesto que puedes permanecer sin riesgo en el exterior.
2. Riesgo Medio. En esta ocasión, es necesario utilizar un factor de protección solar (FPS) entre 6 y 10. El índice UV alcanza unos valores entre 3 y 5. Como recomendación, debes permanecer a la sombra durante las horas centrales del día y utilizar gafas de sol, sombreros, ropa y crema solar.
3. Riesgo Alto. Aquí las precauciones que debes tomar son las mismas que para un riesgo medio. Sin embargo, el FPS que debes utilizar debe estar entre 15 y 30. El índice UV en esta ocasión es de 6 o 7.
4. Riesgo Muy Alto. Cuando el riesgo es muy alto, quiere decir que el índice UV se sitúa entre 8 y 10. Como consecuencia, tendrás que utilizar un FPS entre 30 y 50. Asimismo, evita salir durante las horas centrales del día (conviene estar a la sombra). Y no olvides el sombrero, las gafas de sol, llevar ropa y tu crema de protección para poder reaplicarla tantas veces como sea necesario.
5. Riesgo Extremo. En una situación de riesgo extremo las recomendaciones son similares a las anteriores. No obstante, el índice UV será 11 o superior. Por tanto, el FPS de tu protector solar debe ser 50+ o superior.

¿A partir de qué índice UV te pones moreno?

¿Cómo puedes saber el tiempo que tardarás en ponerte moreno o cuándo tu piel puede quemarse sin utilizar una pantalla de fotoprotección? Para conseguirlo, es necesario conocer el índice de radiación y cuál es tu tipo de piel.

En líneas generales, una exposición con un índice UV entre 1 y 3 durante una hora puede provocar quemaduras en personas con piel clara. Sin embargo, las personas con un tono de piel un poco más oscuro se broncearán.

Si tenemos en cuenta los parámetros que se utilizan en los soláriums artificiales, el índice UV 3 es la máxima exposición.

Los peligros de las radiaciones UV

Tu cuerpo necesita de la radiación ultravioleta en pequeñas dosis para fabricar vitamina D, pues su deficiencia provoca raquitismo. Además, la presencia de esta vitamina mejora afecciones como los eczemas o la psoriasis. 

No obstante, aunque esta radiación es necesaria, seguro que sabes que los excesos nunca son buenos. Por ello, debes moderar esa exposición. ¿A qué riesgos te podrías enfrentar?

Una exposición prolongada puede acelerar de manera prematura el envejecimiento o provocar un melanoma. Este es el cáncer de piel más agresivo, del que se producen anualmente 130 000 casos, y aún no hay un tratamiento eficaz. Asimismo, se reduce la respuesta del sistema inmunitario frente a una infección y en los ojos se incrementa el riesgo de cataratas.

Tras una exposición excesiva, lo primero que apreciarás será el enrojecimiento de la piel, llamado eritema solar, y el bronceado. Y es que no debemos olvidar que el bronceado es una reacción defensiva de la piel ante una alta radiación.

Tras esto, no te sorprenderá saber que en zonas con un alto índice UV, como las regiones subtropicales, es habitual el riesgo de infecciones. Además, las vacunas en estas áreas tienen una menor eficacia.

Aunque estemos acostumbrados a vernos la piel morena en los meses de verano, es necesario encontrar el equilibrio adecuado. La exposición solar tiene ciertos beneficios para la salud, pero también algunos inconvenientes, por lo que hay que realizarla con precaución.

¿Te ha parecido interesante este artículo sobre el índice UV? Entonces compártelo y sigue conectado a nuestros canales digitales para más información de salud.