Placa de Ateroma
¿Qué es la placa de ateroma?
La placa de ateroma aparece cuando existe una gran cantidad de colesterol acumulado en las paredes de las arterias impidiendo que la sangre circule con normalidad.
La formación se produce cuando el colesterol malo en sangre (conocido como LDL) adquiere niveles elevados y se concentra sobre la capa interna de los vasos sanguíneos.
Existe entonces un factor de riesgo cardiovascular que si no es tratado a tiempo puede llevar a padecer un accidente cardiovascular.
Esta acumulación de colesterol provoca que una parte de los glóbulos blancos (monocitos) se adhieran a la zona y pasen a convertirse en macrófagos.
Si el colesterol malo está muy presente en la zona de la lesión, los macrófagos se convierten en células espumosas y no lo eliminan.
La placa formada por el colesterol, triglicéridos, ácidos grasos y macrófagos muertos es lo que se denomina ateroma.
Las placas de ateroma más dañinas son las más pequeñas ya que son las más imprevisibles e inestables, y pueden acabar por desprender formando un trombo.
¿Por qué se produce la placa de ateroma?
Cuando el organismo envejece, el endurecimiento de las arterias se convierte en algo común entre los pacientes: las placas se acumulan y estrechan las arterias, haciéndolas, además, más rígidas.
Los coágulos pueden formarse en estas arterias estrechas y bloquear el flujo de sangre, pero, también, se pueden desprender fragmentos de placa y desplazarse a otros vasos más pequeños e impedir el paso de la sangre y del oxígeno.
Aunque no se conocen las causas exactas de hay algunas circunstancias que pueden convertirse en factores de riesgo y provocar la aparición de esta afección, cómo son:
- Los niveles de colesterol y triglicéridos altos.
- La hipertensión arterial.
- La obesidad.
- El sedentarismo.
- Tomar alimentos con alto porcentaje de grasas saturadas o fumar.
- La obstrucción de los vasos sanguíneos debida es una causa frecuente de infarto de miocardio (ataque al corazón).
- Accidente cerebrovascular.
Por lo general, el primer síntoma que aparece es el dolor o los calambres cuando el flujo sanguíneo es insuficiente para suplir la necesidad de oxígeno de los tejidos.