Nervio Vago
El nervio vago es el componente principal del sistema nervioso parasimpático. Es uno de los principales nervios de los pares craneales, responsable de los actos y funciones involuntarias del cuerpo. Su nombre procede del latín nervus vagus y significa deambular. Se divide en dos partes, una que se extiende por el lado izquierdo y otra por el lado derecho del cuerpo humano.
¿Qué es el nervio vago?
Es el nervio craneal de mayor longitud y se extiende desde el bulbo raquídeo hasta el tórax, atravesando el cuello y la cavidad abdominal.
Conecta el tronco cerebral con casi todos los órganos del cuerpo. Así, lo encontrarás en hígado, intestino, pulmones, corazón, estómago, páncreas, bazo, riñones y vesícula. Podrías compararlo con el sistema eléctrico de un edificio, donde los «cables» son sensores que le indican al cerebro lo que sucede en todos tus órganos.
¿Para qué sirve?
Interviene en funciones básicas del ser humano y es el encargado de transmitir información relacionada con la actividad muscular y sensorial. Por tanto, puede tener un impacto directo en la mente, tanto en los pensamientos como en los sentimientos de una persona.
El funcionamiento de este nervio modifica tu estado corporal y lo prepara para la relajación, el descanso, la regulación de la respiración y la frecuencia cardíaca. Es decir, controla las funciones motoras que necesitas para vivir (las del corazón, estómago, diafragma y laringe).
Por otro lado, también controla funciones sensoriales como la lengua y el oído. Es el responsable del vómito, la deglución o el reflejo de la tos. Su importancia es patente en el sistema digestivo, puesto que coordina los movimientos del esófago, los órganos viscerales y el intestino. Además, interviene en la sensación del gusto y la identificación de sabores.
¿Cómo saber si está dañado el nervio vago?
El diagnóstico y la detección de las patologías asociadas al nervio vago no son algo sencillo. Con frecuencia, la sintomatología se puede confundir con otros trastornos y es posible que el dolor se trate de una manera superficial, sin indagar en el origen del mismo.
Por este motivo, si se manifiestan síntomas relacionados con la lesión vagal y acudes a tu médico, la primera acción es una exploración física. Esta se puede complementar con otras pruebas diagnósticas por imagen como, por ejemplo, resonancias magnéticas o ecografías.
Tratamientos para dolencias del nervio vago
Una vez que se ha diagnosticado una enfermedad o trastorno relacionado con este nervio, hay que decidir cuál será el procedimiento adecuado. En primer lugar, debe aplicarse un tratamiento de estimulación del nervio vago. Asimismo, es importante que se trate la respiración. A este respecto, la maniobra de Valsalva es una de las más eficaces.
Otros tratamientos que incluyen técnicas de respiración y terapia manual como la osteopatía y la fisioterapia pueden ser muy beneficiosos.
En definitiva, el nervio vago es responsable de gran parte del sistema nervioso autónomo y su buen funcionamiento evita la ansiedad y el estrés en gran medida. De este modo, junto al control de las funciones corporales involuntarias, su correcto estado es indispensable si deseas mantener una buena salud física.