Medias de compresión
Si tienes problemas de mala circulación en las piernas, las medias de compresión te pueden ayudar a prevenir otras patologías asociadas. ¿Quieres saber cómo usarlas?
¿Qué son las medias de compresión?
Las medias de compresión pueden cubrir toda la pierna o solo hasta la parte baja de la rodilla en formato de calcetín. Suelen estar diseñadas con una presión gradual, siendo más ajustadas en la zona del tobillo y aflojándose a medida que avanza sobre la pierna.
Como su propio nombre indica, las medias comprimen el músculo activando una serie de respuestas en la zona, para mejorar la circulación en las piernas ya que aprietan suavemente para que la sangre circule hacia arriba.
El uso de medias es recomendable para reducir el dolor y la sensación de pesadez e hinchazón en las piernas; pero además actúa en la prevención de coágulos de sangre, especialmente después de cirugía o lesiones cuando uno está menos activo.
Este tipo de medias están especialmente recomendadas para las personas que por su trabajo se ven obligadas a estar muchas horas sentados, sin poder levantarse o que, por el contrario, pasan casi todo el tiempo de pie, sin moverse.
¿Qué ocurre en estos casos?
Cuando pasamos mucho tiempo sin caminar la circulación en la zona de las piernas se resiente y es en este momento cuando empiezan a surgir problemas derivados como las temidas varices o la celulitis.
Por eso, este tipo de medias son una opción perfecta, ya que al usarlas se nota de manera inmediata una sensación de ligereza y confort en las piernas.
¿Cómo se usan?
En la actualidad, hay muchas marcas que comercializan medias de compresión y que gracias a su tejido elástico, se adaptan perfectamente a la pierna de la persona.
Si se usa la talla adecuada, se sujetan y se ajustan, pero sin apretar, lo que hace que la sangre circule y que las piernas noten una sensación de confort y alivio instantáneo al utilizarlas.
Las medias de compresión pueden ser una parte de su rutina diaria.
Es mejor usarlas todo el tiempo, salvo cuando se esté bañando o durmiendo, y reemplazarlas cada 4 o 6 meses.
Se recomienda comprar dos medias para disponer siempre de un par mientras lava el otro. Cuando las hayas comprado, lo mejor es que las laves a mano para que ganen algo de flexibilidad y sea más fácil ponerlas.
Y también es importante cubrir cualquier herida abierta antes de ponerse las medias de compresión. Un buen truco es usar guantes de goma para colocarlas.
Por un lado, para que no se «escapen» y, por el otro, para no dañarlas con las uñas.
Las medias de compresión suelen dividirse en cuatro tipos: cuanto más alto el número, más duro el material.
En general se recetan medias del tipo dos, es decir, no un grado de dureza muy elevado. Pero debe ser su médico o farmacéutico quien le recomiende las más adecuadas.
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