Contouring
La técnica del contouring es una forma de esculpir los rasgos de tu rostro mediante el uso de maquillaje. Hace tan solo unos años, solo los maquilladores profesionales sabían cómo hacerlo. Pero ahora es algo mucho más extendido y cada vez se emplea más a nivel doméstico.
Qué es el contouring
El contouring es una técnica de maquillaje con la que puedes resaltar tus rasgos favoritos y ocultar aquellos que menos te favorecen. Para ello, has de combinar el iluminador y los tonos oscuros adecuadamente hasta conseguir estilizar tus facciones.
Como puedes imaginar, no se aplica a lo loco, sino que hay una serie de zonas clave donde encajan cada uno de los productos. Los tonos oscuros hacen un efecto profundo y hunden los rasgos. En cambio, los claros resaltan lo que desees y proyectan hacia fuera.
¿En qué consiste esta técnica de maquillaje profesional?
El término contouring seguro que te recuerda a la palabra contorno. Y, como puedes imaginar, ambos están íntimamente relacionados.
Esta técnica no es más que un juego de luces y sombras con el que sacar el máximo partido a tu rostro. Gracias a ella darás protagonismo y realzarás tu rostro de forma conjunta o en algunas áreas concretas. La barbilla, la frente, los pómulos y la nariz suelen ser las zonas escogidas donde practicarlo.
El efecto que se consigue es el resultado de las sombras y la iluminación en zonas concretas para ocultar o destacar aquello que te interese.
¿Qué productos debo utilizar?
Los productos principales que se utilizan en esta técnica de maquillaje son muy comunes. Seguro que forman parte de tu set de maquillaje personal o profesional.
Iluminador
Como su propio nombre indica, es un producto que imprimirá un color más claro donde lo apliques. De esta manera, se crea un efecto iluminado.
Las zonas donde se suele utilizar, por regla general, son las que tienes un especial interés por resaltar. Este producto tiene muchas presentaciones y puedes encontrarlo en crema, líquido, lápiz o polvo.
Los más utilizados por comodidad suelen ser en forma de stick o integrados en una paleta de colores.
Como puedes imaginar, la aplicación variará en función de la textura y el formato que tenga el producto que escojas. Los polvos se aplican con una esponja, pincel, brocha o incluso con los dedos.
Los iluminadores tipo lápiz o bolígrafo incorporan un pincel aplicador para facilitar la tarea.
Debes tener precaución en su uso, porque si te excedes en la cantidad aplicada puedes provocar brillos o áreas que dan la sensación de sudor. Presta atención a la hora de aplicarlo y extiende y difumina bien el producto.
Tono oscuro
Para restar protagonismo a las zonas que no te interesen y potenciar el efecto del iluminador, has de emplear otro tono más oscuro. Estos suelen ser marrón oscuro o bronce.
De nuevo, puedes adquirirlos en diferentes formatos y también suelen llamarse bronceadores, debido al color que proporcionan. Normalmente estos se aplican en la zona que rodea las orejas, la frente y el área inferior de los pómulos.
Cómo realizar la técnica del contouring paso a paso
Dominar esta técnica es más sencillo de lo que parece. No obstante, has de tener en cuenta ciertas cosas para conseguir un acabado perfecto y casi, casi profesional.
1. Hidratación
Esto es algo que, si te maquillas habitualmente, ya sabes que tienes que hacer. Sin embargo, siempre viene bien recordarlo. Una vez tienes la piel limpia e hidratada, podrás poner en marcha el contouring sin que surjan inconvenientes durante el proceso.
Tener la piel limpia quiere decir que debes conseguir que quede libre de impurezas. Además, al hidratarla lograrás que esté elástica, tersa y que los productos que vas a utilizar se fijen mejor.
Si necesitas una cobertura importante, te recomendamos apostar por una base de maquillaje con color.
2. Escoge los tonos oscuros
Utiliza una base de maquillaje de un color similar al de tu piel. Después, aplica los tonos oscuros en las zonas adecuadas.
- Debajo de los pómulos en forma de V.
- Laterales de la nariz.
- Sienes, mentón y región lateral del rostro.
En las zonas más amplias, como el mentón o los pómulos, ayúdate de una brocha grande. En el resto de zonas, algo más pequeñas, usa una de menor tamaño. El truco es utilizar las que mejor se adapten.
A la hora de escoger el color apropiado te recomendamos evitar las tonalidades rojizas o anaranjadas. Además, asegúrate de que no producen brillos.
Los tonos más apropiados son los amarronados o de color bronce.
3. Aplica los claros
Ahora has de aplicar un tono algo más claro en puntos concretos. Normalmente, las zonas escogidas son:
- Sobre el labio superior y los pómulos.
- En el tabique de la nariz.
- En la zona superior de las cejas.
Los tonos claros se emplean en áreas cercanas a donde previamente se han utilizado los tonos oscuros. Si lo deseas, ayúdate de los dedos para mejorar la aplicación.
4. Difumina las tonalidades
Con todos los tonos colocados sobre el rostro, llega el momento de difuminar el producto. Así se evita que se vea como una mancha y se mejora la transición entre los colores.
Puedes hacerlo con una esponja. En este caso, realiza pequeños círculos hasta que el color y el iluminador se fundan. El resultado será un aspecto muy natural donde no hay transiciones bruscas entre los tonos.
5. Fija el maquillaje
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Una vez conseguido el tono adecuado, te recomendamos fijar el maquillaje con unos polvos translúcidos. Si lo deseas, puedes aplicar sobre las mejillas un poco de colorete que les dé rubor. Eso sí, sin pasarte. Después, fija el conjunto.
Tips y consejos para un maquillaje perfecto
En función de la forma de tu rostro, al aplicar el bronceador y el iluminador estos tendrán un impacto mayor o menor.
¿Dónde te convienen los tonos claros u oscuros? ¡Te lo contamos!
- Rostros alargados. Aplica el iluminador en la zona inferior de los ojos, formando una especie de triángulo hacia abajo. El tono oscuro aplícalo en la zona del mentón y del nacimiento del pelo, de forma horizontal.
- Rostros cuadrados. El tono oscuro aplícalo en mejillas, sienes y zona final del mentón. El iluminador bajo las cejas, ojos y barbilla.
- Rostros redondos. Aplica de forma vertical el tono oscuro alrededor de la nariz, pómulos y sienes. El iluminador en la barbilla, bajo los ojos y en la frente.
- Rostros diamante. Tono oscuro en los pómulos y el iluminador en barbilla, frente y bajo los ojos.
- Rostros triangulares. El tono oscuro se aplica en la zona superior de la frente; el iluminador, en la barbilla.
Otros tips y consejos para que consigas un maquillaje natural y perfecto:
- No hagas las sombras con un tono que sea demasiado oscuro. Escoge uno que sea parecido a tu piel. De este modo, el resultado será natural y lo difuminarás con facilidad.
- Esmérate al difuminar los tonos claros y oscuros.
- Si utilizas la técnica del contouring durante el día, no necesitas tanto iluminador como para la noche.
- Si, por ejemplo, tu nariz es alargada, no utilices sobre ella el iluminador para evitar resaltarla. Sucede lo mismo en el caso de otras imperfecciones en el rostro.
Como puedes ver, aplicar el contouring no es tan complicado como parece. Con estos tips y conociendo la forma de tu rostro conseguirás un resultado espectacular.
