Bilirrubina
Muchos son los que se preguntan o buscan la bilirrubina qué es. Médicamente, es un pigmento amarillento que se encuentra en la bilis. Por diversas circunstancias, puede que el hígado no pueda metabolizar este pigmento provocando que la piel y el fondo blanco amarillee. No obstante, se trata de un asunto de enjundia que va más allá de un color. ¿Te has preguntado acerca del alcance de una subida de bilirrubina o sus causas? En Atida | Mifarma te despejamos todas las dudas sobre este asunto.
¿Qué es la bilirrubina?
Aunque ya hemos avanzado que se trata de un pigmento, lo cierto es que la bilirrubina es una sustancia que se encuentra en la bilis, procedente de la descomposición de los glóbulos rojos. En este sentido, es interesante saber que estos glóbulos se regeneran de forma regular.
La bilis, en la que se encuentra una gran cantidad de estos pigmentos, reside, a su vez, en el hígado. De hecho, esta bilis es la encargada de ayudar al cuerpo con la tarea de la digestión. En este proceso esta bilis no solo estará en el hígado, sino que irá por los conductos biliares hasta el intestino.
Por lo tanto, se trata de un producto de deshecho que procede de esos glóbulos y que ayuda en el proceso digestivo tras ser liberada en sangre. Las bacterias intestinales, por su parte, serán las encargadas de metabolizar gran parte de la bilirrubina y las responsables de convertir la sustancia en pigmento. De hecho, será esta metabolización la responsable del color de las heces. Un pequeño porcentaje de esta bilirrubina pasa al hígado y se deshecha a través de la orina.
¿Qué significa tener la bilirrubina alta y cuáles son sus causas?
Una vez aclarada la pregunta acerca de la bilirrubina qué es, es esencial en este asunto saber que esta sustancia circula a través de la sangre de dos formas diferentes:
- Bilirrubina indirecta o no conjugada: es la sustancia de deshecho que en el hígado se transforma en lo que se conoce como bilirrubina soluble.
- Bilirrubina directa o conjugada: es aquella que pasa a formar parte de la bilis. Esta se puede almacenar en la vesícula o pasar durante la digestión al intestino. Es la que se metaboliza hasta terminar formando parte de las heces y llegando, en otra proporción, hasta los riñones para ser expulsada en la micción.
Cuando los niveles de bilirrubina aumentan por encima de ciertos límites, provoca que el hígado sea incapaz de dar abasto metabólicamente hablando. Esto hace que el pigmento afecte al color de la piel y al fondo blanco de los ojos. Este color amarillento se conoce como ictericia. Una señal inequívoca de que puede existir algún tipo de disfunción hepática o una obstrucción vesicular.
La ictericia en los recién nacidos
Es muy común que los recién nacidos amarilleen al nacer, especialmente los que han nacido antes de tiempo. Es lo que se conoce como ctericia neonatal. Será precisamente la inmadurez de sus hígados la responsable de esta alteración. En estos casos y en la mayoría de los bebés, la disfunción remite por sí sola con el paso de los días cuando los niveles de bilirrubina se restablecen.
No obstante, hay que estar atentos porque, aunque en una proporción pequeña, de persistir la ictericia en estos recién nacidos, esta puede provocar daños considerables especialmente en el cerebro y en aparato auditivo. Un daño innecesario si se actúa a tiempo y se mide esta alteración del pigmento con un simple análisis de sangre. En la actualidad y en estos casos los tratamientos más usuales pasan por la exposición de los bebés a unas luces especiales. Únicamente en casos extremos se realiza una transfusión de sangre con el fin de sustituir la sangre con niveles altos, por una con niveles normales.
Las causas en los adultos
Lo que puede parecer algo baladí, esto del color amarillento, puede ser el indicio de que una persona está padeciendo una enfermedad de enjundia. Es por esto que esa ictericia es preocupante y se analiza de manera inmediata. No es para menos si tienes en cuenta la cantidad de enfermedades que suelen estar detrás de esta anomalía:
- Trastornos hepáticos como hepatitis aguda o cirrosis.
- El conocido como síndrome de Dubin Johnson.
- Obstrucción de los conductos biliares.
- Tumores en el páncreas y en la vesícula.
Cuando los índices altos que se detectan en los análisis tienen que ver con la bilirrubina directamente, es un claro indicativo de otro tipo de enfermedades como la anemia hemolítica, entre otras.
Síntomas y tratamiento
Las causas por las que se produce una alteración en los índices normales de la bilirrubina, como decimos, pueden ser varias. Serán las afecciones hepáticas, pancreáticas y las disfunciones vesiculares los principales causantes de una alteración. Algo que se deja notar en el color de la piel y de los ojos, que amarillean llamativamente. ¿Te has preguntado acaso si hay otros síntomas? La respuesta es que sí. Sí hay otros síntomas que pueden alertarte de esta anomalía. Te los contamos:
- Cuando la orina tiene un color más oscuro de lo normal. También suele darse con este síntoma un olor más fuerte o más intenso que de lo normal.
- Dolor abdominal.
- Cuando el color de las heces palidece.
- Vómitos. Hay personas que no llegan a vomitar, pero presentan náuseas.
- Fiebre.
- Cuando aparece el cansancio y la fatiga.
Como es lógico, dependiendo de las causas de la disfunción, será necesario un tratamiento u otro. No obstante, cuando se presentan síntomas de ictericia y mientras se obtienen los resultados de un estudio completo, es denominador común la necesidad de una correcta hidratación, la prohibición de la ingesta de alcohol y de alimentos ricos en grasas o en azúcares.
Unas medidas a las que sumar la necesidad de una alimentación rica en frutas y vegetales y, por supuesto, el tratamiento en cada caso. No será lo mismo tener una obstrucción biliar que piedras en la vesícula. En cada caso, el facultativo decidirá las acciones completarías o los tratamientos destinados a devolver a la normalidad, entre otras cuestiones, los niveles óptimos de este pigmento.
¿Cómo se diagnostica?
Para determinar la existencia de posibles alteraciones en los niveles de bilirrubina solo es necesario un análisis de sangre. Será a través de una muestra sanguínea que se analicen los parámetros que debe estar, en condiciones normales, entre los límites establecidos oficialmente en este caso: 0-0.3 mg/dL para la bilirrubina directa o conjugada y 0.3-1.9 mg/dL para la bilirrubina total.
Las cifras resultantes de esa analítica que se mueven en el marco de los límites mencionados, evidencian un buen estado del hígado. Una alteración o unos límites fuera de lo considerado como normal es un claro indicativo de que algo va mal, pero que no cunda el pánico. No siempre los resultados anormales son sinónimo de enfermedades graves. Es solamente una alerta.
Los niveles anormalmente altos también pueden ser provocados por determinados medicamentos e incluso por un exceso de ejercicio físico. Es por esto que es importante la valoración médica y la prueba en sangre. De hecho, algunos de los medicamentos que pueden ser responsables de elevar los índices de bilirrubina son bastante comunes en los botiquines de cualquier hogar: paracetamol, la penicilina, algunos anticonceptivos orales, la clorpromacina y algunos esteroides estrogénicos.
Cosas que saber de esa analítica
¿Necesito algún tipo de preparación para esta prueba? Salvo la indicación de estar en ayunas desde cuatro horas antes, esta analítica no requiere de ningún otro tipo de preparación. Respecto de los riesgos, aclarar que son mínimos. Los habituales en una analítica en sangre: la molestia de la aguja y la posible aparición de un hematoma posterior. Más allá de estas incomodidades, la prueba no tiene ningún otro aspecto destacable.
La importancia de los resultados
Como ya hemos adelantado, unos índices anormales pueden indicar la existencia de una enfermedad. Dependiendo de los valores, los facultativos que hayan prescrito la prueba deberán descartar que se trata de una alteración debida a factores como los medicamentos. Una vez descartado esto, es más que probable que esta prueba sea complementada con otro tipo de exámenes que complementen a la analítica.
Las pruebas adicionales a la de sangre, cuando un médico tiene serias sospechas de la existencia de una enfermedad importante, suelen ser pruebas funcionales hepáticas. Estas pruebas son un conjunto de exámenes o de análisis diseñados para comprobar la correcta función hepática de una persona. Los análisis de orina, las ecografías o las biopsias también son otro tipo de pruebas complementarias.
Además de estas pruebas, los facultativos suelen buscar evidencias como hematomas en la piel, angiomas de araña o la existencia de un eritema palmar. Este tipo de evidencias en la piel del cuerpo o en las manos y dedos suelen ser indicativos complementarios de enfermedades hepáticas en este caso.
Esperamos haber contestado a la pregunta con la que hemos abierto este post: la bilirrubina qué es. Ahora bien, si quieres tener tu salud a raya, atento a todo lo que te contamos sobre temas de interés en este sentido en nuestros distintos canales de Atida | Mifarma.