Ashwagandha
La Ashwagandha (también conocida como Withania somnifera) es un compuesto que modula la respuesta del cuerpo a diferentes elementos causantes de estrés, gracias a su actuación sobre el llamado HHA (Hipofisiario-Hipotalámico-Adrenal), que supone una parte esencial de nuestro sistema endocrino. Gracias a su composición, la ashwagandha ayuda a cuidar la salud y el bienestar. Administrado en pequeñas dosis, esta ofrece un nivel alto de nutrientes que pueden ser beneficiosos para el organismo.
¿Qué es?
Se trata de una planta procedente de la familia de las Solanaceae y también conocida como oroval, hierba mora o ginseng indio, siendo este último término el más repetido. Su traducción al castellano es “aroma de caballo”, nomenclatura relacionada con su peculiar olor.
El origen de la Ashwagandha se remonta a hace 4.000 años, en el marco de la cultura ayurvédica de la India. Se trata de una planta cuya composición ayuda a cuidar la salud y el bienestar ya que, administrada en pequeñas dosis, ofrece un nivel alto de nutrientes que pueden ser beneficiosos para el organismo.
¿Para qué sirve la ashwagandha?
La ashwagandha está considerada un superalimento y, al igual que la quínoa, las coles o los arándonos, aporta un nivel alto de nutrientes que ofrecen numerosos beneficios para nuestro organismo en todos los niveles: emocionales, psicológicos, metabólicos y fisiológicos entre otros. Propiedades y beneficios
Para clasificar los beneficios de la ashwagandha, podríamos hablar de dos tipos distintos:
Beneficios psicológicos de la ashwagandha
Son múltiples los beneficios a nivel mental que este compuesto puede aportar a nuestro cuerpo. A continuación, enumeramos cinco de los beneficios que la ashwagandha ofrece:
- Ayuda a conciliar el sueño y favorece el descanso pleno.
- Permite reducir el insomnio.
- Ayuda a despejar la mente y facilita la desconexión y relajación.
- Favorece la desaparición de la ansiedad leve y esporádica.
- Ayuda a combatir el estrés y las patologías consecuencia de este, como las úlceras o el envejecimiento prematuro.
Además, la ashwagandha permite mejorar la fortaleza física del organismo ya que:
- Tiene propiedades revitalizantes que nos permiten mantenernos activos y con energía.
- Ayuda a reducir el azúcar en sangre.
- Aumenta la masa muscular.
- Favorece la reducción de los procesos inflamatorios.
- Mejora la salud cardiaca y funciones cerebrales.
- Favorece la mejora de la resistencia física, aumenta la masa y la fuerza muscular.
¿Cuál es la mejor hora para tomar ashwagandha?
Por lo general, está recomendado no hacer una única toma durante el día, sino dividirlas en varios momentos. Así, de acuerdo con diversos estudios, el mejor momento para consumir la ashwagandha es por la noche, concretamente una o dos horas antes de dormir. De esta manera, lograremos notar sus beneficios al máximo.
¿Cómo se toma?
Existen múltiples formas de consumir ashwagandha. Algunas de las más comunes son:
- Mascando sus bayas frescas o deshidratadas. Se trata de la forma de consumo más habitual en la India.
- En infusión, aprovechando sus hojas y raíz.
- A través de suplementos vitamínicos, su uso más extendido en nuestro país.
En cuanto a la cantidad que debemos consumir. La dosis diaria recomendada gira en torno a los 300 y 500 miligramos si se toma un extracto de la raíz, o 3-6 gramos diarios si se consume la raíz directamente. Si opta por tomarlo como suplemento, lo ideal es seguir la dosis recomendada por el fabricante, que suele ser de dos o tres comprimidos diarios y en ayunas.
Por otro lado, se recomienda hacer un uso extendido en el tiempo para poder percibir sus beneficios, aunque muchas veces se recomienda no sobrepasar el periodo de tres meses. En cualquier caso, se aconseja siempre seguir las indicaciones del fabricante o consultar a un especialista.
A pesar de que son muchos los estudios que defienden el consumo de ashwagandha, así como sus beneficios para la mente y el cuerpo, existen casos en los que se recomienda no consumirla. Estos son:
- Durante el embarazo y lactancia.
- Personas con la presión arterial elevada o baja.
- Personas con diabetes.
- Personas con enfermedades autoinmunes.
- Personas con úlceras estomacales.
- Personas que vayan a someterse próximamente a una cirugía programada.
Si en algún momento se consume más cantidad de la recomendada, los efectos secundarios que suelen acarrear son los vómitos y el dolor estomacal.