Anemia
La anemia es una reducción de los niveles de hemoglobina o del número de hematíes o glóbulos rojos que tienes en la sangre. Es importante porque la función de los hematíes es transportar oxígeno en la sangre y liberarlo en los diferentes tejidos del organismo. ¿Cómo se realiza ese transporte? Con el oxígeno unido a la hemoglobina (proteína rica en hierro).
¿Qué es la anemia?
La anemia es el descenso del nivel normal de eritrocitos, que son quienes contienen la hemoglobina. Puede ser la manifestación de una enfermedad hematológica o una manifestación secundaria a otras enfermedades.
Hay 3 razones fundamentales por las que puede disminuir el nivel de glóbulos rojos en tu cuerpo. Estos son:
- Producción deficitaria.
- Trastorno en la maduración de los hematíes en la médula ósea donde se forman.
- Porque se pierdan o destruyan a mayor velocidad de la que se producen. Por ejemplo, si hay una hemorragia.
Otras causas que pueden provocar anemia son el consumo de ciertos medicamentos, enfermedades crónicas o factores hereditarios.
En un hombre se considera que tiene anemia cuando tiene menos de 13 gramos de hemoglobina por decilitro de sangre. En el caso de las mujeres, en cambio, se diagnostica cuando presentan menos de 12 gramos de hemoglobina por decilitro de sangre.
Algunos tipos de anemia son graves y de larga duración. Otros, si no se diagnostican a tiempo, pueden acabar siendo mortales.
Tipos de anemia
Existen distintos tipos de anemia, y los más habituales son los siguientes:
Deficiencia de vitaminas B12
Si tienes déficit de vitamina B12 en el organismo, esto produce una disminución del nivel normal de glóbulos rojos.
Deficiencia de folato
En esta ocasión, la anemia es consecuencia de una reducción de la cantidad de hematíes por falta de folato. El folato es un tipo de vitamina B conocido popularmente como ácido fólico.
Deficiencia de hierro
Este es el tipo más habitual de anemia. Sucede cuando tu organismo no tiene la suficiente cantidad de hierro. Este mineral es esencial para la producción de glóbulos rojos.
Enfermedad crónica
Las enfermedades crónicas son aquellas que presentan determinados pacientes durante un tiempo prolongado. Las más habituales son las relacionadas con patologías autoinmunes, infecciones crónicas o insuficiencia renal.
Es habitual que las personas mayores presenten este tipo de anemia, que aparece como consecuencia de enfermedades crónicas.
Anemia hemolítica
Es una anemia poco frecuente. Se denomina hemolítica a aquella en la que se destruyen los glóbulos rojos prematuramente, es decir, antes de 120 días.
Anemia aplásica idiopática
Es una afección en la que la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas. No se conoce la causa, aunque sí que se dañan las células madres que se encargan de la producción de células sanguíneas en la médula. Este tipo de anemia es de baja frecuencia y se le denomina «arregenerativa».
Anemia megaloblástica
Quienes la padecen se caracterizan por tener unos glóbulos rojos más grandes de lo normal. Se produce por déficit de ácido fólico.
Anemia perniciosa
En este tipo se produce una reducción de los glóbulos rojos y un déficit de absorción de vitamina B12.
Anemia drepanocítica
Es una enfermedad hereditaria caracterizada por la forma de disco de los glóbulos rojos. Al modificar su forma, se reduce la cantidad de oxígeno que pueden transportar. No es un tipo de anemia habitual en España.
Talasemia
Es un trastorno sanguíneo de carácter hereditario en el que el cuerpo produce una forma anormal de hemoglobina. Un defecto genético es el responsable de la alteración de las globinas alfa y beta, lo que produce la destrucción de glóbulos rojos. Este tipo de anemia también tiene una baja incidencia en España.
¿Cómo se detecta?
Palidez, cansancio prolongado y debilidad son algunos de los síntomas más reconocibles y frecuentes de la anemia. Aunque no son los únicos: uñas quebradizas, mareos al incorporarse, dolores de cabeza, problemas de concentración…
Para hacer un buen diagnóstico se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Antecedentes médicos y familiares del paciente. Los especialistas buscarán signos o síntomas de anemia. Asimismo, recopilarán información sobre cualquier otro tipo de problema de salud que pueda estar relacionado. El paciente debe informar de la medicación que esté tomando o de su tipo de alimentación, además de informar de antecedentes familiares de anemia.
- Exploración médica para determinar la gravedad y el origen de la anemia. El médico puede realizar diversas pruebas para determinar posibles pérdidas de sangre. Además, palpará el hígado y el bazo para comprobar su tamaño y auscultará el corazón para comprobar el estado de los latidos.
- Hemograma. Con un hemograma completo se pueden analizar los diferentes componentes de la sangre. Si se diagnostica una anemia mediante esta prueba, será necesario realizar otras pruebas adicionales. Estas son: concentración de hierro en la sangre y otros depósitos del cuerpo, recuento de reticulocitos y electroforesis de hemoglobina.
¿Cómo controlar la anemia?
Para establecer un tratamiento efectivo para combatir la anemia, es preciso un diagnóstico en el que se identifique el tipo, la causa y su gravedad. Los tratamientos pueden ser de diversos tipos:
- Transfusiones de sangre. Esto es algo reservado para los casos más graves. En estas circunstancias también se realizan trasplantes de células madre de la sangre y la médula ósea. De este modo, se aumenta el número de plaquetas, glóbulos blancos y rojos. Si el caso es extremadamente grave, se pueden hacer cirugías por hemorragias potencialmente mortales.
- Eritropoyetina. Esta ayudará a que la médula ósea fabrique más células sanguíneas.
- Cambios en la alimentación. Será necesario aumentar el consumo de hierro, vitamina B12, vitamina C y ácido fólico. Para ello, puedes incorporar en tu dieta hortalizas, espinacas, legumbres, frutos secos, pan, kiwis, melón, fresas…
- Tomar suplementos alimenticios de hierro, vitamina B12, vitamina C o ácido fólico.
- Fármacos que inhiban el sistema inmunitario y que eviten la autodestrucción de glóbulos rojos. Medicamentos antimicrobianos para tratar ciertas infecciones y hormonas que reduzcan el sangrado menstrual.
Como ves, es muy importante llevar siempre una dieta sana y equilibrada para evitar el déficit de algunos minerales o vitaminas esenciales para el buen desempeño de las funciones de tu organismo. Si necesitas incorporar algún tipo de suplementación, pásate por nuestra tienda online.