Sobrepeso: ¿a partir de cuántos kilos se considera obesidad?

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Obesidad

¿Es lo mismo obesidad y sobrepeso? Estar por encima de tu peso ideal no quiere decir que estés obeso. Y querer adelgazar un poco para verte mejor no siempre es lo ideal. Por ejemplo, si comes sano y realizas mucho ejercicio físico, puede ser que el exceso de peso sea consecuencia del aumento de la masa muscular.

Debido a la complejidad de este tema, en Atida | Mifarma queremos ampliar tu información para que sepas cuándo debes preocuparte y cuando no. ¡Comenzamos!

¿Qué es la obesidad

La obesidad no es solo un problema estético. Es una enfermedad compleja y crónica que se produce por diferentes motivos (genéticos o ambientales) y que conlleva una acumulación de grasa excesiva en el cuerpo.

Las personas que la padecen ven amenazada su salud debido a que aumenta el riesgo de contraer otras enfermedades:

  • Diabetes.
  • Hipertensión.
  • Colesterol.
  • Enfermedades cardíacas, respiratorias, articulares o de la vesícula biliar.
  • Otras como, por ejemplo, determinados tipos de cáncer.

La dificultad para perder peso no es la misma en todas las personas. El entorno, la dieta, la actividad física y factores fisiológicos y hereditarios son los responsables de esta situación.

No obstante, perder algunos kilos, en ocasiones, puede prevenir o mejorar los problemas de salud relacionados con la obesidad. Para ello, realizar algunos cambios de estilo de vida y conducta, aumentando tu nivel de actividad física y comiendo de forma más saludable, suele ser suficiente.

Tipos de obesidad

La propuesta de la Organización Mundial de la Salud para la clasificación internacional de la obesidad está basada en el índice de masa coroporal (IMC).

Según las propias tablas de la OMS, se considera obesidad en un adulto tener un IMC igual o superior a 30. Por otro lado, el sobrepeso se alcanza al tener un IMC superior a 25.

La obesidad también se clasifica en función de la distribución del tejido adiposo en:

  • Visceral u obesidad abdominal. Es de tipo androide y la adiposidad se encuentra en la mitad superior del cuerpo (abdomen, cuello y hombros). Este tipo se relaciona con enfermedades metabólicas como la diabetes tipo II o la aterosclerosis, entre otras.
  • Ginoide u obesidad femoroglútea. Aquí, la adiposidad se almacena en las caderas, glúteos, muslos y tren inferior del cuerpo.

La asociación entre la distribución de la grasa abdominal y las enfermedades cardiovasculares ha conseguido una aceptación clínica de indicadores indirectos de esta grasa. Un claro ejemplo es medir la circunferencia de la cintura.

A diferencia del IMC, donde no se discrimina por sexo, al medir la cintura hay dos parámetros de referencia europeos. En hombres el límite está en 94 centímetros y en mujeres en 88; por tanto, se considera obesidad superar estas medidas.

¿Qué se considera obesidad?

Se considera obesidad tener en tu cuerpo un determinado nivel de grasa. Esto se determina mediante el IMC y, aproximadamente, se establece así.

  • Normal. Son personas con un IMC entre 18,5 y 24,9.
  • Sobrepeso. El IMC se establece entre 25 y 29,9.
  • Obesidad. Aquí se sitúan quienes tienen un IMC de entre 30 y 39,9.

Del mismo modo, también se pueden diferenciar distintos grados (I, II y III). La que mayor riesgo supone para la salud es la obesidad mórbida. Y, como puedes darte cuenta, el problema no es tanto lo que pesas como la cantidad de grasa que almacenas en tu cuerpo.

Calcular el índice de masa corporal

Para calcular el IMC se divide el peso de una persona (en kilos) por su estatura al cuadrado (en metros). Este método de evaluación es muy sencillo y nos indica con rapidez si tu peso es bajo, normal, alto o muy alto.

El cálculo se utiliza como herramienta de detección, pero no de diagnóstico de salud o de grasa corporal. Para poder determinarlo es necesario realizar una serie de análisis y estudios complementarios como, por ejemplo:

  • Los pliegues cutáneos.
  • Alimentación.
  • Actividad física.
  • Antecedentes familiares.

Veámoslo con un ejemplo. Una mujer u hombre con una estatura de 1,65 metros y un peso de 120 kilogramos tendrá un IMC = 44.

Este resultado, según las tablas actualizadas de la OMS para el IMC en 2022, indica obesidad tipo II.

¿La interpretación del IMC es igual en niños que en adultos?

Aunque la fórmula que se utiliza es la misma, la interpretación varía. ¿Por qué? Pues porque tanto en los más pequeños como en los adolescentes hay que tener en cuenta la edad y el sexo. Estos factores son fundamentales en la cantidad de grasa corporal que tiene el cuerpo de unos y otros.

Así, los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) tienen en cuenta estas diferencias y muestran el IMC en forma de clasificación porcentual. Los percentiles que utilizan se determinan en función de datos representativos de la población norteamericana entre 2 y 19 años recopilados en encuestas realizadas entre 1963 y 1994.

La obesidad en los jóvenes de esas edades se define con un IMC superior al percentil 95. Veámoslo con un ejemplo:

Un niño de 10 que mide 1,42 y pesa 46 kilogramos tendría un IMC de aproximadamente 22,9. Esto lo situaría en el percentil 95. Es decir, su IMC sería superior al del 95 % de los niños con una edad similar, por tanto, se consideraría obeso.

Consecuencias de la obesidad

Al principio del artículo ya hemos hablado de que la obesidad no es solo un problema estético, sino que afecta a nuestra salud. De hecho, no prestarle la atención que merece puede llegar a provocar incluso la muerte. Por eso, es importante tomar conciencia sobre el daño que puede causar.

Las investigaciones del CDC de EE. UU. indican que las consecuencias de la obesidad más importantes son el aumento del riesgo de:

  • Cáncer de mama, colon o endometrio.
  • Enfermedades coronarias.
  • Dislipemia, a consecuencia de tener elevado el nivel total de colesterol.
  • Diabetes tipo II. Se produce por tener un exceso de glucosa en orina y sangre por escasez de insulina.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Enfermedades graves en hígado y vesícula.
  • Graves problemas respiratorios como, por ejemplo, apnea del sueño.
  • Artrosis debido a la degeneración del cartílago y a que los huesos deben soportar un alto peso.
  • Riesgo de padecer problemas ginecológicos: infertilidad o menstruaciones anómalas, por ejemplo.
  • Hipertensión arterial. Esta es una de las grandes preocupaciones entre la población. El aumento de la presión hace que el corazón necesite bombear la sangre con más fuerza. Y, como consecuencia, el esfuerzo realizado hace que aumente su masa muscular y que se pueda provocar un infarto o una angina de pecho.

No obstante, la obesidad no es solo un problema físico de salud. También puede afectar a la salud mental y ser el desencadenante de problemas de baja autoestima o depresión.

Cómo prevenirla

Un 33 % de la población del planeta sufre sobrepeso y, en España, el porcentaje de personas que tienen un peso superior al que les corresponde se eleva hasta el 53 %. En el caso de los niños, los datos nos indican que tenemos un 12 % de estos con sobrepeso y un 14 % con obesidad.

¿Qué podemos hacer para prevenirla?

En primer lugar, debemos tener presente que existen ciertos factores a nivel genético en los que no podemos influir. Sin embargo, sí podemos modificar y mejorar nuestros hábitos alimenticios, comiendo más verduras y frutas y aumentando nuestra actividad física. Son acciones muy sencillas con un alto impacto en tu vida y en tu salud general.

Debes saber que, una vez que la obesidad se ha instaurado, no es sencillo revertirla. Hacerlo conlleva mucha constancia y un gran esfuerzo. Por eso, lo mejor para eliminar la grasa localizada y la obesidad es prevenirla.

La prevención debe comenzar en la niñez. Lo adecuado es educar a los más pequeños para que tengan un estilo de vida saludable con hábitos alimenticios correctos y que practiquen deporte. De esta manera, influimos directamente en los hábitos durante su desarrollo y en la edad adulta.

Por otro lado, hay que saber que durante la adolescencia, el embarazo y la mediana edad es normal una cierta tendencia a ganar peso.

Recomendaciones para prevenir la obesidad

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A continuación, te damos 3 consejos para que puedas anticiparte a la obesidad:

  • No te permitas engordar. Sigue una dieta equilibrada, no hace falta que seas muy estricto, pero sí consciente de lo que comes. Evita en la medida de lo posible los alimentos ultraprocesados y practica ejercicio físico. Hazlo mediante tus características individuales y tu edad.
  • Define tus necesidades energéticas. Una persona que trabaja en una oficina y lleva una vida sedentaria, en líneas generales, no puede comer lo mismo que un deportista de élite. Es importante evitar picar entre horas y repartir las comidas en 4 o 5 tomas diarias. Evita consumir grasas saturadas y procura masticar bien cada bocado y no comer con ansiedad.
  • Esfuerzo y constancia. Los beneficios de perder peso compensan el esfuerzo y sacrificio invertido. Y no solo porque se reduce el riesgo de padecer graves enfermedades, también porque tiene un impacto directo en tu autoestima.

Desde Atida | Mifarma te recomendamos que no fíes todo a los populares «productos milagro» para combatir la obesidad. Con lo que sí puedes contar es con algunos complementos alimenticios que te ayuden a conseguir una mejor silueta. Por ejemplo, el pack Binature de cola de caballo y garcinia.

Para más consejos, sigue atento a nuestro blog y a las actualizaciones de nuestras redes sociales.

Reme Navarro Escrivá

Licenciada en Farmacia y en Nutrición y Dietética. Nº colegiado: 903 Co-fundadora de Mifarma y directora de desarrollo de negocio de Atida en el sur de Europa Experiencia laboral

La actual directora de desarrollo de negocio de Atida en el sur de Europa heredó de sus padres la pasión por el mundo de la farmacia, al que se ha dedicado en cuerpo y alma desde sus inicios laborales. Desde el año 2007, pudo poner en práctica todo lo aprendido y ayudar a multitud de pacientes en la farmacia de su padre, situada en Albacete. No obstante, fue a partir de 2010 cunado decidió ir más allá: junto con su pareja, y con la experiencia de sus padres, fundó Mifarma, la parafarmacia online más importante de España. Como co-fundadora y CEO de la compañía, Mifarma alcanzó cotas que, en sus inicios, resultaban inimaginables. Este enorme éxito provocó en 2020 la compra de Mifarma por parte del grupo Atida, un conglomerado de empresas farmacéuticas a nivel internacional. Desde entonces, Reme Navarro ha ejercido como directora de estrategia de negocio de Atida en el sur de Europa, así como imagen reconocible y portavoz de la compañía en esta zona geográfica. con ello, ha puesto al servicio del grupo toda su experiencia en farmacia, así como en otras áreas, como la atención personalizada, la logística, la experiencia de usuario o el marketing. Además, sus conocimientos, experiencia y carisma la han impulsado hasta convertirse en España en una reconocida influencer dentro del sector de la farmacia y la dermocosmética.

Formación

Licenciada en Farmacia por la Universidad de Valencia, la co-fundadora de Mifarma es miembro del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete (colegiado Nº 903). También cursó la Licenciatura en Nutrición y Dietética por la Universidad de Valencia, donde también, posteriormente, obtuvo el Máster en Atención Farmacéutica Personalizada. Además, tiene conocimientos en Capacitación Pedagógica, y ha sido formadora, durante los años 2009 y 2010, de farmacéuticos y otros técnicos sanitarios.

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