¿Cómo saber si tengo el ojo seco?
¿Notas una mayor sensibilidad a la luz, visión borrosa, ardor o enrojecimiento en los ojos? Estos pueden ser síntomas de que padeces ojo seco. ¿Quieres saber si es tu caso? ¡Sigue leyendo!
El síndrome del ojo seco es una enfermedad que aparece cuando el globo ocular carece de la película lagrimal que necesita. Esta es indispensable tanto para humectar los ojos como para eliminar las partículas que, accidentalmente, se hayan podido introducir en ellos. Además, las lágrimas también son imprescindibles para tener una buena visión y, por supuesto, una óptima salud ocular.
Existen diferentes causas y tipos de ojo seco, los cuales van a definir cuál es su grado de severidad. Además, también son los que van a permitir a los profesionales seleccionar las mejores estrategias terapéuticas para obtener en cada paciente los mejores resultados.
Tabla de Contenidos
¿Cómo saber si tengo ojo seco?
Síntomas del ojo seco
En algunas personas que padecen de ojo seco de tipo neuropático se pueden identificar una gran cantidad de síntomas. Sin embargo, durante su exploración ocular apenas se encuentran alteraciones.
Aun así, para diagnosticar esta patología no es posible basarse solo en la sintomatología que padezcas. También se deben tener en cuenta los datos recopilados de las pruebas diagnósticas. Estas van a medir la calidad, cantidad y concentración de la lágrima, junto con el estado de las glándulas de Meibomio. En estas glándulas es donde se producen los lípidos que contienen las lágrimas.
Los síntomas más comunes entre las personas que padecen ojo seco son:
- Picor o escozor.
- Sequedad ocular.
- Cansancio ocular.
- Lagrimeo.
- Ojo enrojecido.
- Sensación de tener un cuerpo extraño.
- Visión borrosa o fluctuante.
- Fotofobia.
- Irritación.
- Dolor.
- Sensación de quemazón.
- Pesadez en los párpados.
Entre estos síntomas, hay algunos que destacan al principio de padecer el síndrome de ojo seco, y son la hipersensibilidad a la luz, la visión borrosa, el lagrimeo reflejo, los picores y la sensación de tener un cuerpo extraño dentro del ojo.
Superados los estadios iniciales, en los más avanzados pueden producirse ulceraciones o microlesiones. Después, en un tercer estadio, también aparecerán la pérdida de agudeza visual, las infecciones recurrentes o las úlceras en la córnea. Es en esos momentos en los que la persona que lo padece se puede enfrentar a un severo riesgo de pérdida de visión.
¿Por qué tengo el sequedad ocular?
En líneas generales, el ojo seco se produce por un déficit de lágrima. Esta puede deberse a una producción escasa, a una alta evaporación o a una inflamación del párpado (blefaritis). También se puede achacar a problemas en las glándulas de Meibomio que den lugar a una lágrima de mala calidad porque se altere su composición lipídica.
Las causas que pueden originar esta situación son muy variadas y pueden suceder de forma aislada o conjunta. Por tanto, el tratamiento que se aplique será diferente según el diagnóstico previo.
Así, podemos identificar los siguientes como los principales factores de riesgo que pueden desencadenar ojo seco:
1. Edad avanzada
Aproximadamente el 75 % de las personas que tienen más de 70 años padecen este síndrome en alguno de sus estadios. Por ello, la edad se considera un factor de riesgo a tener en cuenta.
2. Problemas hormonales
Cerca del 25 % de las personas que lo padecen sufren alteraciones hormonales. Por este motivo, el ojo seco está considerado uno de los síntomas de la menopausia. Se produce un déficit hormonal y se reduce la cantidad de estrógenos que se producen. En la etapa que corresponde a la adolescencia, también puede producirse el ojo seco.
3. Uso de pantallas
Trabajar durante muchas horas delante de un ordenador y el uso indiscriminado de pantallas produce aproximadamente el 10 % de los casos. Estar durante muchas horas frente a un monitor sin parpadear lo suficiente evita que se produzcan lágrimas y que el ojo se pueda acomodar.
4. Lentillas
Las lentillas aumentan la posibilidad de padecer ojo seco, debido a que su uso continuado los suele resecar.
5. Consumo de fármacos o medicamentos
El consumo de cierto tipo de fármacos puede propiciar la aparición del ojo seco. Entre ellos, se pueden destacar los antihistamínicos, ansiolíticos, antidepresivos, antidescongestivos, betabloqueantes, diuréticos y anticonceptivos orales.
6. Enfermedades
Enfermedades autoinmunes como la fibromialgia, el síndrome de Sjögren o la artritis reumatoide pueden ser un claro desencadenante del síndrome de ojo seco. Lo mismo sucede con enfermedades de otro origen como la diabetes, la disfunción tiroidea, el asma o el lupus eritematoso sistémico. Tampoco podemos obviar aquellas personas que padezcan glaucoma o cataratas, sobre todo si se han sometido a una intervención quirúrgica de este tipo.
7. Factores medioambientales como la exposición solar
La exposición al humo, al viento, a la contaminación ambiental, al aire acondicionado, a la calefacción, la estancia en ambientes extremadamente secos o muy contaminados y la iluminación fluorescente son factores desencadenantes que se deben tener en cuenta porque contribuyen a evaporar la lágrima, provocando sequedad ocular.
8. Otros factores: tabaco, tratamientos, alimentación…
Otros factores a destacar son los tratamientos con radio o quimioterapia, cualquier tipo de cirugía ocular y el déficit vitamínico producido por una mala alimentación.
Tipos de sequedad ocular
Como ya te hemos comentado, existen diferentes tipos de ojo seco. Para identificarlos con exactitud, es necesario realizar un exhaustivo examen oftálmico y una serie de pruebas diagnósticas muy específicas. Solo de este modo podrás tener un tratamiento personalizado y eficaz.
¿Cuáles son los diferentes tipos de ojo seco?
- Acuodeficiente. Se denomina así al tipo de ojo seco caracterizado por una reducción en su producción de lágrima, especialmente de su componente acuoso. Los casos más severos están asociados al síndrome de Sjögren.
- Evaporativo. Es uno de los tipos más frecuentes y se produce generalmente por una disfunción en las glándulas de Meibomio. Se caracteriza por una rápida evaporación de la lágrima.
- Inflamatorio. La mayoría de los pacientes que padecen ojo seco cursan con una inflamación clínica o subclínica.
- Neurotrófico. En este caso, el ojo seco se produce por un déficit en la inervación corneal. Esto limita la secreción de lágrima y, por tanto, la regeneración de la superficie del ojo.
- Neuropático. Es consecuencia de la alteración en la inervación de la córnea, aunque, en la actualidad, la causa de esta alteración es desconocida. Se caracteriza por una gran intensidad de los síntomas y, en la exploración ocular, apenas se presentan alteraciones o, incluso, todo está dentro de la normalidad.
Como ves, tener el ojo seco puede causar diferentes molestias que, con un tratamiento humectante adecuado, no conllevarán una pérdida de visión. Para ello, la incomodidad de los síntomas te invita a acudir a un especialista cuando, tras unos días de cuidado personal adecuado, esos síntomas persisten. Muchos de los productos de Laboratorios Thea te ayudarán a tu salud ocular.
¿Padeces de ojo seco habitualmente o conoces a alguien que lo sufre? Si te ha parecido un artículo interesante, puedes compartirlo y seguir atento a nuestras redes sociales para futuros artículos de salud y belleza que no te dejarán indiferente.
Me ayudó mucho, éste artículo
Muchas gracias, espero que pronto salgan más para estar informado las personas que tenemos problemas de visión