Pelos enquistados y cómo tratarlos
Los pelos enquistados son una de las consecuencias más habituales, y desagradables, de la depilación. Aprender a tratarlos, y a prevenirlos, nos ayudará a mantener nuestra piel en las mejores condiciones posibles y, por supuesto, a evitar las molestias que generan en la mayoría de casos.
Algunos pelos no salen a través del folículo, como sería normal. Se quedan en el interior y provocan una infección. Si esta crece, puede acabar provocando un pequeño quiste. Tanto hombres como mujeres pueden padecer este problema, ya que surge sobre todo por usar métodos de depilación como las maquinillas de afeitar o la cera.
Pelos enquistados y cómo tratarlos
Eliminar los pelos enquistados en cualquier zona del cuerpo implica seguir un proceso sencillo que incluye los siguientes pasos:
• Una ducha caliente. El agua caliente abre los poros, relaja la piel y la hace más permeable. Por lo tanto, si la aplicamos sobre la zona donde tenemos un vello enquistado, conseguiremos preparar la epidermis para acabar con el problema más eficazmente.
• Exfoliación. Una exfoliación no agresiva nos ayudará a eliminar las células muertas de la piel y, por lo tanto, facilitará la eliminación del pelo enquistado.
• Aceites esenciales. Después de la ducha caliente y la exfoliación suave , es necesario aplicar un algodón absorbido en aceite esencial de hamamelis o árbol de té.
• Retirar el vello. Cuando veamos que el pelo se ha secado, cogeremos unas pinzas desinfectadas para extraerlo con cuidado y evitar una infección.
Finalmente, aplicaremos aceite de rosa mosqueta o aloe vera para ayudar a la cicatrización de la piel.
Prevenir los pelos enquistados
Si tomamos ciertas precauciones básicas en el cuidado de la piel y la depilación, conseguiremos reducir el riesgo de pelos enquistados.
Las maquinillas de afeitar rasuran el pelo y la cera debilita la raíz. Por lo tanto, en ambas circunstancias es posible que el vello no tenga la fuerza suficiente para atravesar la piel.
Si optamos por estos medios de depilación, es importante que preparemos la piel correctamente. Es decir, que la ablandemos con agua y jabón o espuma de afeitar.
También es indispensable una exfoliación semanal, que evita que los poros se queden taponados y, por lo tanto, el pelo no pueda salir fácilmente. Igualmente, nos ayudará dilatar los poros aplicando una toalla mojada y caliente en las piernas.
Por último, hay que tener en cuenta que el sudor favorece la aparición de pelos enquistados, por lo que es importante usar vaselina o polvos talco para prevenir la irritación de la piel en verano, o cuando hacemos deporte.
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