Cómo detectar la disfagia

A medida que nos hacemos mayores, es habitual que algunas personas padezcan algún grado de disfagia o dificultad al tragar. Conocer los síntomas de este problema nos ayudará a detectarlo lo antes posible y, por lo tanto, a evitar en muchos casos que empeore la calidad de vida del enfermo y su estado de salud general.

¿Qué es la disfagia?

Se conoce por disfagia la dificultad de deglutir cualquier tipo de alimento, hasta el punto de que el bolo alimenticio no puede llegar de manera efectiva desde la boca al estómago. Quienes padecen este trastorno se refieren a la sensación de que “la comida se queda atascada”.

Esta enfermedad es bastante desconocida y puede llegar a afectar gravemente la salud de la persona que la padece. Pese a ello, tiene tratamiento y en algunos casos es curable.

Tipos de disfagia

Es importante aclarar que los problemas de deglución de las personas de edad avanzada no tienen que significar necesariamente la aparición de una disfagia. De hecho, cuando aparecen síntomas de esta enfermedad es necesario que el médico descarte otras enfermedades subyacentes.

En función del punto de deglución que se ve afectado, podemos señalar dos tipos de disfagia:

• Orofaringea, cuando afecta al proceso en la cavidad oral y en la faringe. Es la más habitual en gente anciana y con trastornos neurológicos.
• Esofágica, fruto de diversas enfermedades que pueden afectar la movilidad del esófago e impedir que el bolo llegue al estómago

Las causas de la disfagia

La lista de causas de la disfagia abarca diferentes enfermedades que incluyen las que afectan la mucosa, las de la musculatura esofágica y las del sistema nervioso central. También los trastornos neuromusculares y las lesiones que causan obstrucción, como el bocio o las masas en el mediastino anterior, pueden originar disfagia.

Detectar la disfagia

Muchas de las personas que padecen disfagia no son conscientes de su problema, ya que desconocen sus síntomas más básicos. Entre ellos, destacamos:

• dificultad para iniciar el proceso de deglución
• necesidad de tragar varias veces para deglutir el bolo
• sensación de que el alimento se queda ‘parado’ en algún punto del proceso
• tos al ingerir
• dolor
• náuseas, vómitos y regurgitaciones
• cambios en la voz, que se hace más nasal

Complicaciones de la disfagia

Padecer esta enfermedad puede provocar pérdida de peso, desnutrición, deshidratación, infecciones respiratorias y ahogos. En casos extremos, puede derivar en una afagia o incapacidad total para deglutir, lo que conlleva la necesidad de alimentación por sonda.

El tratamiento

Dependiendo de la causa de la disfagia, es posible aplicar diversos tratamiento que permitan una curación total o parcial de la patología. En todos los casos, es importante mantener todo el tiempo que sea posible la alimentación oral y seguir unas pautas básicas, como hacer rehabilitación de la deglución y los cambios pertinentes en la manera de alimentarse para reducir los riesgos de aspiración.

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