Vitamina D para bebés, por qué es vital para su desarrollo
Cuando pensamos en la vitamina D, siempre nos vienen a la cabeza el sol y los suplementos alimenticios que tomamos para suplir su carencia. Si has tenido un hijo recientemente, debes saber que también juega un papel importante la vitamina D para bebés en su desarrollo. Te explicamos las razones.
Muchos padres desconocen exactamente para qué sirve la vitamina D para bebés. Sobre todo, cuando el pediatra se la receta en forma de gotas. Por ello, merece la pena conocer sus propiedades y cómo ayuda al desarrollo de los niños.
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¿Qué es la vitamina D?
El cuerpo humano no genera vitamina D por sí solo. Habitualmente, los adultos la obtenemos a través de la exposición al sol y de añadir huevos y lácteos a nuestra dieta habitual. Con esto, tenemos suficiente para mantener aspectos tan importantes de nuestro organismo como el nivel adecuado de calcio y la salud ósea.
La importancia de la vitamina D en bebés
Aunque tiene una incidencia mucho menor de hace años, el raquitismo sigue existiendo. Esta enfermedad se produce por la carencia de vitamina D. Implica también problemas en huesos y cartílagos, además de una estatura muy inferior a lo normal.
Los pediatras recomiendan la toma de vitamina D desde las primeras semanas de vida. Así, se asegura el buen desarrollo óseo de un niño y se evita cualquier señal de raquitismo. Hay que tener en cuenta que ni las mujeres embarazadas ni los bebés se exponen en exceso al sol por razones de salud. Además, los pequeños solamente se alimentan de leche materna en los primeros meses de su crecimiento. Y ésta no tiene el mismo nivel de vitamina D que el resto de lácteos.
¿Qué produce la falta de vitamina D en los bebés y niños?
El déficit de vitamina D, en general, se produce por una combinación de carencias alimentarias y baja exposición a la luz solar, teniendo en cuenta que la dieta aporta, como mucho, el 10% de la cantidad de vitamina D recomendadas, mientras que el sol aporta el 90%.
Los bebés nacen con pocas reservas de vitamina D y dependen de la leche materna (esto depende de las reservas de la madre y a menudo es escasa), la exposición solar (que no siempre es posible) o los suplementos como fuente de esta vitamina en los primeros meses de vida.
Por esto, los lactantes son particularmente propensos a padecer carencias de vitamina D, según explica la Organización Mundial de la Salud.
¿Hasta cuándo tomarla?
Cuando el niño ya toma leche de vaca o enriquecida de biberón, ya podemos retirarle la vitamina D. Por lo tanto, los que se alimentan solamente de leche materna estarán más tiempo tomando este suplemento en forma de gotas. Hay que tomar como referencia el año de edad para dejar de administrarla. Edad en la que el niño ya tiene que ingerir lácteos suficientes para evitar la carencia de esta vitamina.
Siempre será el pediatra quien decida cuándo retirar el suplemento de vitamina D de su alimentación.
El mito de la fontanela
Muchos padres hablan de la vitamina D como «esas gotitas para cerrar la cabeza», haciendo referencia a la fontanela del cráneo. La verdad es que la administración de este suplemento no tiene nada que ver con el cierre de este hueso, que sigue su proceso natural sin necesidad de un extra de esta vitamina. Por ello, en este sentido, la vitamina D para bebés no tiene nada que ver.
Vitamina D en niños mayores
Como ya hemos dicho, lo normal es que como mucho se retire la administración de vitamina D al cumplir el primer año de vida.
Esto no significa que los niños mayores no tengan que tomar este suplemento. De hecho, hay que tener en cuenta que en los países del norte de Europa por encima de 42º de latitud el organismo no puede sintetizar vitamina D. En estos casos, es necesario recurrir a un suplemento alimenticio para asegurar su adecuado nivel en el organismo.
Recuerda que la vitamina D es esencial en la buena salud de adultos y niños. Afecta de manera positiva tanto al buen estado de huesos y dientes. Además, favorece funciones orgánicas tan importantes como el sistema inmunológico, la creación de insulina y el adecuado crecimiento celular. Asegurar su nivel con una dieta adecuada y la correspondiente administración de gotas en bebés es esencial.
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