Aceite de palma en cosmética, ¿por qué es malo?
En los últimos tiempos, el aceite de palma está en boca de todos. El mundo, a excepción de la industria, ha declarado la guerra a esta grasa vegetal. Una guerra que, por ahora, parece estar perdida por los innumerables beneficios económicos e intereses políticos que se alzan tras el aceite de palma, frente a otros aceites vegetales. Hoy, vamos a tratar de analizar el uso del aceite de palma en cosmética.
El origen del aceite de palma está en la fruta Elaeis guineensis y es el segundo tipo de aceite, después del de soja, con mayor volumen de producción. Cabe destacar que no todos los aceites vegetales son iguales. De ahí, que se haya prohibido englobar bajo «aceites vegetales» a todas las grasas vegetales que contienen los productos alimenticios. El objetivo, un etiquetado más claro para el consumidor.
Ácido palmítico
Es uno de los ingredientes más habituales entre los productos procesados. Y es perjudicial para la salud porque es rico en ácidos grasos saturados, relacionados con diferentes enfermedades cardiovasculares. Uno de los peores ácidos grasos es el ácido palmítico, que es el componente principal del aceite de palma, junto con el láurico y mirístico. Por este motivo, el aceite de palma es perjudicial para la salud.
Sin embargo, más allá de la utilización de esta grasa en alimentación y por qué es dañina para nuestra salud y el medio ambiente -no olvidemos que las plantaciones de palma están acabando con el hábitat de los orangutanes con devastadoras consecuencias-, hoy vamos a centrarnos en el uso del aceite de palma en cosmética.
¿Por qué se utiliza en cosmética?
Es la composición del aceite de palma y su riqueza en ácidos grasos saturados lo que le convierte en un ingrediente común en cremas, jabones, pastas de dientes, geles… Se utiliza como texturizante, ya que proporciona untuosidad. En este sentido, es importante destacar que en función a la normativa europea, ningún ingrediente que se utilice en la elaboración de cosméticos puede ser absorbido a través de la piel ni llegar a la sangre. Su actuación debe limitarse a la dermis y a la epidermis. Por esta razón, el riesgo para la salud del aceite de palma en cosmética es nulo.
No se utiliza por sus propiedades, por su riqueza en vitaminas o ácidos grasos. Únicamente, mejora la textura y facilita la aplicación del producto, que se extiende más fácilmente. Se emplean como emoliente y como alternativa a los aceites minerales. Y además, es barato, lo que no encarece el precio final del cosmético.
Su contenido en insaponificables, sustancias presentes en mayor o menor medida en todos los aceites vegetales, es insignificante. El aceite de palma en cosmética no tiene propiedades beneficiosas para la piel. Por ello, si tienes que elegir frente a cosméticos elaborados con aceites de oliva, argán -con insaponificables elevados-, onagra, rosa mosqueta, borraja o almendras dulces, entre otros, no te lo pienses.
Como vemos, el uso del aceite de palma no es perjudicial en cosmética. Pero consumir productos que lo contienen hace un flaco favor al medio ambiente.
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Hola. He leído mucho sobre el aceite de palma. Es una vergüenza que sabiendo lo perjudicial que es, lo permitan. Tendré coste bajo pero y en la salud? El tabaco, una campaña enorme para reducir coste sanitario y con esto que? No tiene coste sanitario?
Gracias por mostrar su opinión, Teresa. Imaginamos que detrás del aceite de palma se alzan intereses económicos y políticos que se nos escapan. Nosotros esperamos que, del mismo modo que ocurre con los productos alimenticios, en los cosméticos también sea obligatorio especificar si contienen o no palma en su formulación y que sea el cliente quién elija o no consumirlos.
Un saludo