Astenia primaveral, ¿cómo combatirla?
¿Quién no ha experimentado la astenia primaveral? En las primeras semanas de la primavera, quien más quien menos se siente más cansado de lo habitual y tiene ciertos problemas para llevar a cabo sus tareas diarias. Este trastorno no es una enfermedad en sí misma, pero sí es el síntoma más visible de una serie de circunstancias que pueden ocasionar esta fatiga extrema.
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Los síntomas de la astenia primaveral
Cuando pensamos en astenia primaveral, lo primero que nos viene a la mente es el cansancio. Pero esto no es todo. Esta sensación se relaciona con otros síntomas, como la tristeza y otros cambios de ánimo, la falta de apetito, la pérdida de libido y de la capacidad de concentración. Todo ello acompañado de malestar general y, en muchos casos, de una bajada de la tensión arterial.
El origen de la astenia primaveral
Es importante tener en cuenta que la astenia primaveral no es una enfermedad, ni un trastorno psiquiátrico, ni afectivo. Se trata solo de una serie de síntomas leves, que siempre son pasajeros, y que parece que se produce por la combinación de los ciclos hormonales y las horas de luz solar, que se alteran con el cambio de hora que se produce en estas fechas. Estos dos factores acaban afectando la regulación del hipotálamo del cerebro, que acaba generando menos hormonas de lo que es habitual. De ahí proviene la sensación de fatiga física y psíquica que se tiene en primavera.
¿Por qué la astenia afecta más a una persona que otra? La verdad es que el proceso explicado lo padece todo el mundo, pero la predisposición genética de cada uno juega a su favor o en contra. También las personas que sufren de alergia tienen más posibilidades de padecer astenia primaveral.
La prevención, fundamental
Si estamos en buenas condiciones físicas, tendremos más posibilidades de evitar los efectos negativos de la astenia primaveral. Para conseguirlo, es indispensable tener una vida sana, y esto implica cuidarnos de tener una dieta equilibrada, beber 2 litros de agua al día, dormir 8 horas y no abusar del café ni del alcohol.
Asimismo, hacer un mínimo de media hora de ejercicio cada día y tener unos horarios fijos nos ayudará a sentirnos mucho mejor.
Un aporte extra de energía
Si pese a tomar estas medidas aún no tenemos nuestro nivel habitual de vitalidad, podemos recurrir a suplementos alimenticios para tener una aportación extra de energía. Combinaciones de vitaminas, minerales y extractos naturales como el ginseng o la jalea real nos ayudará a recuperar el tono vital de nuestro organismo.
Jalea Real Ginseng Arko, en formato de ampollas, contiene una combinación de jalea real y ginseng que, además de mejorar nuestra vitalidad, nos ayudará a elevar las defensas del organismo. De esta manera, podremos afrontar el cambio de estación con muchas más garantías de evitar el cansancio físico.
También puedes optar por Berocca Boost Go, que ayuda en el rendimiento intelectual y a reducir la sensación de fatiga. Son unos sobres granulados muy fáciles de tomar, sin necesidad de agua y con sabor a cereza, una combinación perfecta y equilibrada de vitaminas del grupo B, vitamina C, minerales, guaraná y cafeína que, con las que además conseguirás mejorar la atención, concentración y memoria. Actúan rápidamente y justo cuando lo necesitas.
Si estamos especialmente agotados y necesitamos un aporte extra de energía, Revital Ginseng + Jalea Real + Vitamina C nos ayudará a recuperar nuestra energía y vitalidad rápidamente. Es eficaz tanto en estudiantes como en personas que se ven sometidas a un exceso de trabajo.
Y tú, ¿tomas algún suplemento para recuperar la energía perdida?
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